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12: Un año…

Todos decimos que el tiempo vuela, y en realidad lo hace. Sin embargo, los pasados 365 días han estado tan llenos de cosas nuevas, de experiencias, de altos y bajos, de avances y retrocesos, de sorpresas y de desarrollo de nuevas habilidades, que me parece increíble que apenas hace un año pasamos con mi familia la última noche en nuestro país de origen, con todas nuestras vidas empacadas en nada más que cuatro maletas y nuestras memorias.

Así, con solo unas pocas horas de transición, nos convertimos de repente en inmigrantes, dejando atrás todo aquello con lo que habíamos crecido, y llegamos a un lugar donde la mayor parte de nuestras experiencias no eran aplicables, al menos no en su forma original en la que estábamos acostumbrados a aplicarlas.

Preguntas básicas que ni siquiera nos hacíamos allá, aquí no tenían una respuesta obvia. ¿Dónde se cambia una llanta del carro si se poncha? ¿Cómo funciona la emergencia de los hospitales y en caso de una, cuál es el hospital al que deberíamos ir? La compra de alimentos pasó de ser una aburrida rutina semanal a ser una compleja búsqueda de equivalentes, caminando por pasillos llenos de nuevas marcas y sabores.

Hace exactamente un año, el 29 de Agosto del 2017, llegamos a un apartamento con tres colchones, una refrigeradora y tres días para conectar los servicios públicos a nuestro nombre. Perdí la cuenta de cuantas veces pase por este diálogo:

  • ¿Número de seguro social? No tengo seguro social todavía.
  • ¿Licencia? Si claro, aquí tiene. Necesitamos una emitida por el estado de la Florida o cualquier otro estado de EEUU. Solamente tengo esa.
  • ¿Algo que podamos usar como referencia como una cuenta de banco, una tarjeta de crédito, un crédito comercial? Tengo todo eso hace 25 años en mi país, aquí no he abierto nada aun pues me piden seguro social o licencia para hacerlo.
  • Déjeme hablar con mi jefe para ver cómo podemos ayudarle. Gracias, yo espero.

Y así desfilamos de oficina en oficina, de casa comercial en casa comercial y de banco en banco, hasta que poco a poco fuimos rompiendo el hielo, llenando otra vez los requisitos que la sociedad nos exigía para demostrar que en realidad existíamos.

Nuestra experiencia está muy lejos de aquellas personas que vienen con solo lo que traen puesto y 50 dólares en el bolsillo. Pero de todas formas fue un ataque brutal a todos nuestros sentidos, tanto así, que cuando pienso en aquellos inmigrantes menos afortunados, no puedo sino sentir el más grande de los respetos.

Hoy celebramos un año, y aunque hay nubes de lluvia que amenazan con regresos prematuros, este año ya vivido no nos los quita nadie, es nuestro para siempre. Puedo decir con seguridad que nos ha fortalecido como familia, que ha generado crecimiento interior en cada uno de nosotros cuatro, y que hoy somos un poco mejores gracias a este tiempo.

Yo supongo que cada quien tiene una época que de manera intuitiva relaciona con ese período donde nos convertimos en los hombres y mujeres que hoy somos. Para mí son los últimos años de la década de los 80 y los primeros de los 90. A pesar de que han pasado tres décadas, recuerdo claramente y muchas veces con nostalgia, mis aventuras universitarias, la música de aquellos años, las nuevas experiencias, las amistades de entonces y los lugares que frecuentaba.

No tengo ni idea de dónde va a estar cada uno de nosotros dentro de treinta años, pero estoy seguro que desde donde estemos y lo que sea que esté pasando en nuestras vidas en ese momento, vamos a recordar con nostalgia ese primer apartamentito en el Doral y la comida china servida sobre una caja, que fue oficialmente nuestra primera comida como residentes en este país.

primera comida

4 thoughts on “12: Un año…”

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Artículos escritos por colaboradores de henrypaz.info

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