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Plazos

De un tiempo acá me llama cada vez más la atención como el hecho de que la vida sea tan larga, es algo que pasa tan desapercibido para tantas personas. Es que en realidad la vida es larga. Muy larga. En serio. Miren el caso de mi Madre, por ejemplo. Si vive 80 años no rompería ningún record de longevidad ni saldría por las noticias como la mujer más vieja del mundo o algo similar. Y, aun así, viviendo una vida de una duración tan normal, le faltarían casi dos décadas de vida. Mis hijos, sus nietos, rondarán los 40 años cuando ese momento llegue. Y ni digamos si se cumplen nuestros deseos y llega a vivir 90 o 100, edades cada vez más comunes. Mi Esposa tiene varias tías abuelas que tienen más de 100 años y tienen hijas de 80. Mis padrinos ya eran unos señores cuando yo nací, eran amigos de mis abuelos más que de mis padres. El tiempo ha pasado y ahora nosotros nos hemos convertido en señores, y ellos siguen ahí, siempre activos, viajando y paseando. Si alguien muere y dicen que tenía 70 años, el comentario más normal es algo como “estaba joven todavía, que lástima”. Si yo me decidiera a partir a la siguiente etapa del viaje a esa edad, que como dije, se mira todavía joven, me quedarían casi tres décadas por delante. !!Increíble!! Lo que tres décadas de avance pueden lograr, considerando que la energía podría ir disminuyendo, pero la experiencia y sabiduría aumentando. Por eso mis planes siguen siendo a largo plazo, no tengo ninguna prisa, pues aun después de todo lo vivido, el tiempo sigue estando abrumadoramente a mi favor. No hay razón alguna por la que alguien de 60 piense que ya va siendo hora de cerrar este emprendimiento llamado vida. De hecho, me atrevo a advertirles que lo piensen muy bien, pues después ni van a saber qué hacer si se “retiran” tan temprano. Los invito mejor a replantear su percepción y comenzar a ver esos 20 o 30 años que aún tienen por vivir como una gran oportunidad, en donde podrán experimentar cosas nuevas, más arriesgadas, ya sin peligro de perjudicar a nadie, pues sus descendientes ya están a cargo de sus propias vidas, y si terminan estrellándose por andar de inventores, serán solo ustedes los que sufran las consecuencias. Y para todos nosotros, muchachitos aun en los 50s y 40s, mi invitación es a que se relajen, disfruten el viaje, miren hacia los lados, hagan pausas continuamente, no se aceleren, que tenemos aún media vida por vivir. No hay nada que deseen lograr y que no puedan por tener “poco tiempo”. Mírenlo como otro comienzo, con un cuerpo no tan nuevo, pero compensado con creces por una madurez y experiencia que les da mucha ventaja versus los más jóvenes. ¿Y qué puedo decir sobre los todavía menores, 30s, 20s y menos? Hermanos, ustedes pueden experimentar y meter la pata cuantas veces quieran por los próximos diez años, sin que eso signifique nada en el largo plazo de sus vidas. Es más, los invito a hacerlo, constantemente. El aprendizaje que seguramente obtendrán de eso valdrá más que todos sus títulos y diplomas. Si su corazón todavía le susurra algún sueno no cumplido y tiene 70 años o menos, póngase las pilas, que el tiempo sigue estando de su lado. benjamin-button

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